miércoles, 7 de julio de 2010

EL EXTRAÑO MENTIROSO.


“Justificar mis acciones, es rotundamente sencillo”, al menos eso me pareció hasta antes de comenzar a crecer…
Para justificar mis acciones no tenía más que echarle la culpa al “Extraño mentiroso”, cómo si se tratase de un individuo distinto a mí; todo aquel que me conociera o asumiera hacerlo, sabía de antemano que el “extraño mentiroso” era un ser del cual con el transcurrir de los años me hice dependiente, peor aún coodependiente por decisión propia. Era mi otro yo, el interno, el verdadero, el puro, el que no se dejaba corromper. Libre por convicción suya y prisionero por convicción mía, salvo cuando se liberaba y pretendía tenerme enjaulada de por vida.

El “extraño mentiroso” era y es para mí, lo que los especialistas llaman en los casos de homicidio múltiple, el “alter ego” y es que además de todo, Él es un asesino, un trastornado mental que gusta de secuestrar a su víctima, torturarla, llevarla a la agonía y finalmente de matar la poca cordura que queda de quien le presta vida a la mujer de su fetiche.

Éste asesino, éste extraño, ¡éste mentiroso! No sólo gusta de matar corduras, sino también de presumir sus hazañas, ¡de mentir! y no siente cargo alguno en su conciencia, por el contrario, disfruta de su planeación, tanto cómo de su ejecución y hasta de sus consecuencias, se jacta de hacerlo bien y cada una de sus mentiras es mejor a la anterior. Para él mentir se ha vuelto una adicción y no quiere salir del fondo del mar de sus propios fantasmas, que a su vez son los míos. Lo malo del asunto, es que su vida cómo él, es ficticia y la mía verdad, de tal suerte que la realidad tan jodida y tan mierda que nos tocó vivir, la compartimos los dos y la única que paga los platos rotos en esta vida terrenal de sus proezas, ¡soy yo!.

Pese a esto, sé que no todo en el "extraño mentiroso” es malo, es por ejemplo el amante perfecto, el unico que me entiende o bien aspira a hacerlo; fuerte, valiente, implacable con sus rivales y tierno y comprensivo para con mi persona. Aun así, toda perfección requiere de exigencias, padece de enfermedades y de imperfecciones que lo hacen (para mi desgracia) todavía más perfecto. Es un amante posesivo y absorbente, cada vez que quiero dejarlo (si en verdad quisiera hacerlo), se mete en mis pensamientos, me posee y me controla, me somete a su voluntad y a las posibilidades de lo que haríamos juntos a fin de que no lo abandone y vuelva yo como el perro, con la cola entre las patas.

El “extraño mentiroso”, juega conmigo y a veces me gusta pensar que yo también juego con él, así fue cómo todo comenzó, como un juego donde se tiene que estar dispuesto a pagar el precio y en el cual, él me enseño el camino y yo sólo decidí seguírlo directito hasta el infierno, donde no existen escapatorias ni realidades tolerables. Es por ello que hoy he decido, reivindicarme con él, por la simple y sencilla razón de que para bien o mal, el “extraño mentiroso”, aunque esto vaya en contra de un feminismo mal pagado, tan sólo por el sexo que he elegido para él, es parte de lo que soy yo y de lo que me acompañara toda la vida, una mentirosa que además, no tiene disgusto en hacerlo.

Hoy me reivindico con él, hoy le doy mi voz y mi cuerpo, mi puño y mi letra, mis faltas ortográficas intencionales y también las no intencionales. ¿Y por qué no? Hasta mi alma también si la necesita, pues quizá mañana o con el paso del tiempo que todo lo destruye, si place hacerlo, él me devuelva mi libertad.

3 comentarios:

  1. Noooo, en serio tu? ya publicas?
    Todos tenemos un mentiroso dentro,
    excepto que tu lo sacaste a pasear.
    No te preocupes eso te hace la escritora que eres. Gran texto, sigue aprendiendo.
    Marianin.

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  2. Gerardo Ramìrez.8 de julio de 2010, 18:01

    no justifiques nada, a nadie le debes nada.
    jaja me gusto mucho tu blog extraño mentroso, ojala podamos conocernos. me gusta tu estilo de escribir. parece que tienes talento ademas eres guapa.
    te dejo mi correo:
    razarevolucionaria@gamil.com

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  3. Mejoraste un poco la ortografía, ya es algo; pero decir que escribes mal a propósito, no te ayuda en nada; tu claridad y calidad siguen por los suelos. Si ser una "escritora" es publicar lo primero que te viene a la cabeza, sin revisarlo ni poner un poco de empeño, piensa si vale la pena serlo.

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